A pesar de que hace mas de 20 años que la tradición de la copa de limoncello bien fresquito se instaló en casa de mis padres, aún no me había decidido a incorporarlo en ninguna de mis recetas. La primera botella de limoncello que se aposentó en aquel armario botellero de madera antigua lo hizo en 1992, en uno de los viajes de vacaciones que mi prima (que por aquel entonces vivía en Italia) hacía en peregrinación a su hogar de niñez. A mi madre le apasionó este licor desde el primer momento.
El primer domingo de mayo fue la excusa perfecta pues la tarta del día de la madre debía incorporar un guiño a su licor predilecto: El limoncello napolitano. Debo reconocer que a mí no me apasiona a palo seco porque no soy muy resistente a las bebidas de alta graduación alcohólica pero bien fresquito, resulta agradable al paladar y dicen que muy digestivo (aunque permitidme que lo dude mucho porque a mí ningún licor fuerte me ha proporcionado nunca una buena digestión)
En esta tarta, aunque no parezca factible considerando su proporción dentro del resto de ingredientes, se nota enormemente su sabor y tiene ese gusto en paladar entre dulzón y cítrico pero indudablemente intenso.
El primer domingo de mayo fue la excusa perfecta pues la tarta del día de la madre debía incorporar un guiño a su licor predilecto: El limoncello napolitano. Debo reconocer que a mí no me apasiona a palo seco porque no soy muy resistente a las bebidas de alta graduación alcohólica pero bien fresquito, resulta agradable al paladar y dicen que muy digestivo (aunque permitidme que lo dude mucho porque a mí ningún licor fuerte me ha proporcionado nunca una buena digestión)
En esta tarta, aunque no parezca factible considerando su proporción dentro del resto de ingredientes, se nota enormemente su sabor y tiene ese gusto en paladar entre dulzón y cítrico pero indudablemente intenso.
Ingredientes para la tarta de queso: (para un molde de 15 cm x 8 cm de altura)
500 gr queso en crema
125 gr azúcar
2 huevos L
60 gr harina fina de maíz
65 ml limoncello
1 cucharadita de ralladura de limón
80 ml nata 35,1% materia grasa (mejor que no esté muy fría)
25 gr nueces
1/4 de cucharadita de vainilla en pasta
Preparación:
Tamizamos la harina de maíz. Reservamos.
Batimos lo más suavemente posible la crema de queso y el azúcar hasta que se integren.
Añadimos los huevos uno a uno y previamente batidos hasta que se incorporen también con un batido suave.
Incorporamos la vainilla y la ralladura de limón. Mezclamos suavemente con una espátula.
Agregamos la mitad de la harina y el limoncello. Seguimos batiendo muy suavemente.
Añadimos el resto de la harina y la nata. Acabamos de incorporar*
Agregamos las nueces a pequeños pedacitos (las mías tenían más o menos medio centímetro) y mezclamos.
Golpeamos levemente el bol contra la encimera para eliminar las burbujas de aire que se han formado mientas mezclábamos y dejamos reposar mientras preparamos la base de galleta. Reservamos a temperatura ambiente.
* Todos estos pasos deben hacerse a la menor velocidad de nuestra batidora o incluso manualmente para no incorporar demasiado aire a la preparación.
Ingredientes para la base de galleta:
130 gr galletas Chiquilín (podéis usar también digestive)
50 gr mantequilla fundida
Preparación:
Trituramos la galleta y la mezclamos con la mantequilla (podemos ayudarnos de un robot de cocina o mezclar manualmente)
Allanamos bien la masa en un molde desmoldable (nos ayudamos de una cuchara para que quede lo más llano posible)
Horneamos 5 minutos a 180º y dejamos enfriar unos minutos.
Vertemos la crema de queso sobre la base de galleta y allanamos suavemente con la ayuda de una espátula.
Horneado: (el proceso de horneado es el mismo que el de la tarta de queso con nueces pecanas que hice anteriormente para el blog y que, en este caso, también me aseguró que mi tarta no se hundiera del centro)
Horneamos 15 minutos a 170º, bajamos a 120º y horneamos 65 minutos más. Retiramos del horno y pasamos un cuchillo por el borde, entre la tarta y el molde, para que la base de galleta se despegue bien del molde (y así evitamos también agrietamientos posteriores)
Volvemos a llevar al horno apagado hasta que se temple totalmente.
Retiramos del horno, dejamos que acabe de enfriarse y llevamos a la nevera un mínimo de 6 horas.
Ingredientes para el glaseado de chocolate:
100 ml nata líquida 35,1% materia grasa
80 gr chocolate negro de cobertura o gotas de chocolate (el tanto por ciento de cacao debe ser superior a 50% para que proporcione un sabor intenso)
Preparación:
Llevamos la nata a ligera ebullición e incorporamos el chocolate cortado en pequeños pedazos para que se funda más rápido.
Mezclamos muy bien hasta conseguir una crema brillante y homogénea.
Dejamos enfriar 15 minutos aproximadamente y en este intervalo nos aseguramos de mezclarla bien un par de veces como mínimo (Aún estará lo suficientemente fluida para verterla bien, pero no tan líquida como para cubrir por total la tarta sin que tengamos control sobre el glaseado y la forma que dibuja en nuestra tarta.
Nota personal para todos los amantes del limoncello: Animaos a hacerla y a contarme qué os ha parecido este sabor algo más intenso que el de una tarta de queso al uso.
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